Rakovsky sobre el Ejército Rojo
Diego Farpón
Este artículo apareció en el número 13 de l’Internationale Communiste, organe du comité exécutif de l’Internationale Communiste. Se publicó en septiembre de 1920.
Rakovsky ilustra la importancia del Ejército Rojo en la construcción del nuevo Estado socialista. Este texto, cuestión de orden, será clasificado, naturalmente, entre los textos de Rakovsky, y este fue, de forma destacada, miembro de la Oposición. Sin embargo, en la fecha en la que escribía este artículo la Oposición todavía no existía. Rakovsky era sólo un dirigente revolucionario. Quienes engrosarían las filas de la Oposición, o simplemente serían parte de la oposición, y serían asesinadas/os bajo el dominio de hierro de la burocracia comandada por el Jefe genial habían sido, antes, heroínas y héroes de Octubre.
El alma de la victoria
Pronto se cumplirán tres años desde que comenzó la era de las guerras revolucionarias, tres años desde que la Federación Soviética Rusa rechazó los furiosos asaltos de sus mortíferos enemigos desde dentro y desde fuera. Es difícil saber cuándo terminará este periodo de lucha. Dependerá en primer lugar del desarrollo de la revolución en otros países. Pero ya se puede decir que, durante este trienio, la Federación Soviética ha salido victoriosa y que el Ejército Rojo es para ella la garantía segura del éxito definitivo en la guerra que se le ha impuesto.
La existencia del Ejército Rojo es la mejor prueba de la madurez política de las masas obreras y campesinas. Lo que Saint-Simon, en 1808, en sus famosas Lettres d’un habitant de Genève, decía del proletariado francés -al que acusaba de no haber sabido crear más que hambrunas en la época en que ostentaba indiscutiblemente el poder, durante la primera comuna de Chaumette- no puede aplicarse al proletariado de nuestros días. En el más atrasado de los Estados capitalistas, en Rusia, la clase obrera ha sido capaz, a pesar de las increíbles dificultades, de crear un poderoso aparato de lucha que infunde el terror en el campo de todos los gobiernos imperialistas.
El Ejército Rojo se ha ido formando poco a poco, e incluso en la actualidad el proceso de su organización aún no ha concluido. Deja mucho que desear en el ámbito de la dirección, así como en el del suministro y la preparación técnica. Pero lo que lo distingue precisamente de los ejércitos permanentes de los Estados capitalistas es que estos últimos, formados durante décadas de desarrollo organizativo, daban, al principio de la guerra, un rendimiento máximo que entonces aumentaba constantemente, mientras que el Ejército Rojo, al ser formado en el curso de la propia guerra, sólo podía perfeccionarse en todos los aspectos.
El primer problema que el poder soviético tuvo que resolver en la creación del Ejército Rojo fue la formación de los cuadros de las tropas y la organización del aparato administrativo y económico. Como no había cuadros preparados, tenía que, en la composición de los nuevos, utilizar los elementos más capaces y menos comprometidos del antiguo ejército zarista. Para vincularlos al poder soviético, se creó la institución de los Comisarios. Por otra parte, el propio Ejército Rojo, cuyo servicio voluntario por sí solo no bastaba para asegurar el reclutamiento a medida que se agrandaba el escenario de la guerra, se vio obligado a recurrir, a una escala cada vez mayor, a la movilización de las masas obreras y campesinas, tenía que estar fundido al poder soviético y penetrado por una conciencia verdaderamente revolucionaria. Para ello, se fue creando una enorme institución del Estado, que se convirtió en el Comisariado, ahora llamada Dirección Política de la República (DPR). Dado que las funciones del DPR son funciones políticas por excelencia, el DPR, aunque pertenece al Comisariado de Guerra, sigue estando bajo la dirección directa del Comité Central del Partido Comunista. El jefe del DPR suele ser un camarada, miembro del Comité Central del Partido Comunista, al mismo tiempo que del Consejo Militar Revolucionario de la República.
La Dirección Política de la República es, sin duda, una institución única en el Ejército Rojo. Todos los intentos de los guardias blancos de crear, siguiendo nuestro ejemplo, instituciones análogas han sufrido -como era de esperar- un completo fracaso. El Ejército Rojo es el único en el que el soldado que es reclutado en no deja de ser un ciudadano; porque el Estado soviético es un Estado en el que las tareas del ejército no se oponen a los intereses de las masas trabajadoras. Mientras que en el Ejército Rojo la disciplina militar se basa en el desarrollo por parte de cada soldado de la conciencia de sus derechos, en los ejércitos de los Estados capitalistas burgueses se basa exclusivamente en la obediencia ciega a las órdenes de los jefes. Los ejércitos capilalistas burgueses sólo serán fuertes mientras el obrero y el campesino que los componen cumplan «sin razonar» todas las órdenes, sean las que sean. Por el contrario, en el Ejército Rojo, cuanto más «razonen» el obrero y el campesino sobre sus intereses, mejor verán la necesidad de ser soldados honestos y activos.
Si la guerra con la contrarrevolución rusa y extranjera, guerra que dura ya casi tres años, no ha dejado de ralentizar el trabajo de edificación de la economía socialista y, al mismo tiempo, de aumentar la desorganización legada por el antiguo régimen, ha tenido, sin embargo, una inmensa ventaja. Ha sido la gran escuela revolucionaria, ha unido a la población urbana y a la población rural. Millones de campesinos, que de otro modo habrían tenido que ir a cada pueblo para ser ilustrados, se encontraron en los cuarteles, vivacs, trincheras, ambulancias y hospitales, bajo la acción directa de nuestra propaganda comunista.
La Dirección Política de la República es una organización enorme que emplea a unos 600 colaboradores en la Dirección central y a 16.000 en las secciones y subsecciones repartidas por todo el ejército. Desde el punto de vista organizativo, el DPR es una institución jerárquica con un lugar específico en la jerarquía militar. Así como los soviets militares revolucionarios de los frentes están sujetos al Soviet Militar Revolucionario de la República, los soviets del ejército a los soviets de los frentes, las divisiones a los soviets del ejército, y así sucesivamente; del mismo modo, al DPR están sujetas las direcciones políticas de los frentes, a las direcciones políticas de los frentes las direcciones políticas de los ejércitos, a las direcciones de los ejércitos las secciones políticas de las divisiones, a las secciones políticas de las divisiones los comisarios de las brigadas, y a éstos últimos los comisarios políticos de los regimientos. Como resultado del congreso de todos los trabajadores políticos del frente celebrado el pasado mes de diciembre, se decidió y puso en marcha la creación de comisarios políticos de compañías o, como se les llama, instructores políticos de compañías. Estos últimos tienen la dirección inmediata de los núcleos comunistas de compañías. Así es la organización de los ejércitos del frente.
La estructura de los ejércitos en la retaguardia es similar. Existen, cerca de los comisariados militares regionales, secciones políticas regionales de propaganda que dependen directamente del DPR. A estas secciones regionales están sometidas las secciones de gobiernos que antes tenían bajo su dependencia subsecciones de distritos ahora suprimidos en todas partes, excepto en Ucrania.
Las secciones políticas de los ejércitos no se limitan a una labor de propaganda y agitación exclusivamente entre los soldados rojos. También trabajan entre la población civil de los territorios que entran en la zona de operaciones militares. Les corresponde crear, en las regiones liberadas de los guardias blancos, el aparato administrativo y económico local que funcionará hasta el momento en que sea posible sustituirlo por soviets elegidos. Estos órganos administrativos y económicos temporales se denominan comités revolucionarios. Pueden instituirse, no sólo en las regiones cercanas al frente, sino también en la retaguardia, si las razones militares lo requieren. Los comités revolucionarios dependen de la sección política correspondiente del soviet militar revolucionario, así como -siguiendo la vía jerárquica- del aparato administrativo superior que es, en este caso, el soviet de diputados del gobierno. Sin embargo, si el comité revolucionario se forma para las necesidades especiales de un gobierno determinado, se adscribe directamente al Comisariado de Interior. Las secciones del ejército son organizaciones del partido, pero específicamente militares; deben, no obstante, estar adscritas a las organizaciones locales del partido. Por ello, los estatutos de los comités del partido y de las secciones políticas de los frentes, ejércitos y divisiones establecen que todo jefe de una sección política entra de derecho a formar parte del comité local del partido con voto de calidad.
Para dar una idea de la actividad de la DPR, citaremos algunas cifras del último informe que presentó al congreso de todos los trabajadores políticos celebrado en diciembre de 1919.
El presupuesto de la D. P. R., para el segundo semestre de 1919 ascendió a 664.217.000 rublos. De esta suma, 215.000.000 de rublos se asignaron a las secciones políticas del frente y 106.000.000 de rublos a las regiones militares. 47 millones se destinaron exclusivamente al mantenimiento de las escuelas primarias (33 millones para las escuelas existentes y 14 millones para la fundación de otras nuevas). El tercer apartado importante de gastos en el presupuesto de la DPR lo constituye el suministro a los soldados rojos y a la población de las regiones cercanas al frente de bibliotecas de agitación, literatura de propaganda y periódicos. La suma asignada fue de 159.000.000 de rublos, de los cuales 18.000.000 fueron para el mantenimiento del aparato central. Durante los tres meses de agosto, septiembre y octubre, se enviaron a los frentes, a los ejércitos y a las distintas unidades 6.519.000 ejemplares de libros y folletos, 153.854 accesorios para el estudio y el deporte y 24.000 accesorios para el teatro, la música y el cine.
El 1º de noviembre, la DPR tenía en sus depósitos 7.280.000 ejemplares de libros y folletos, 167.000 accesorios para la educación general y el deporte y 25.000 accesorios para el teatro, la música y el cine. El peso de la propaganda y otra literatura enviada durante el trimestre agosto-noviembre ascendió a 60.000 pouds. En esta cantidad se incluyen 3.700 bibliotecas de 140 volúmenes cada una por término medio, es decir, un total de 518.000 ejemplares, así como todos los folletos, manifiestos, pancartas enviados directamente por el servicio de expedición de la DPR. Además de esta literatura, se enviaron diariamente desde Moscú al ejército y a las circunscripciones militares 520.000 periódicos, que se distribuyeron entre los soldados rojos y la población de las regiones cercanas al frente. El Centro-petchat se encargó de enviar estos periódicos, que no estaban incluidos en los 60.000 pouds mencionados anteriormente. El diario Bednota (Pobreza) es el de mayor tirada (382.000 ejemplares), seguido de Pravda (70.000 ejemplares), el lzvestia del Comité Ejecutivo Central (40.000 ejemplares), etc. Además, el propio ejército publica unos 25 periódicos diarios con una tirada total de 250.000 ejemplares. Sin embargo, todo esto no es suficiente.
A parte de los periódicos, las secciones políticas de los frentes y ejércitos editaron una enorme cantidad de hojas sueltas, panfletos y octavillas, cuyo total era mucho mayor que el de la DPR.
El presupuesto de 664 millones de la DPR antes mencionado resultó posteriormente insuficiente: para el primer semestre de 1920 hubo que aumentarlo a 4.000 millones.
La labor de educación y cultura general de la DPR se manifiesta en la creación de escuelas, cursos y universidades para los soldados rojos y clubes, teatros, círculos dramáticos y musicales, bibliotecas y casas de lectura para los campesinos. El número de escuelas, del 1º de mayo de 1919 al 1º de octubre del mismo año, pasó de 674 a 3.800; el número de teatros, de 642 a 1.415; el número de cines de 133 a 250; el número de círculos dramáticos, de 12 a 161, y el número de bibliotecas, de 1.614 a 2.492. Además, a partir del 1 de octubre, hay tres universidades para soldados rojos, ocho cursos y 400 casas de lectura. Se trata únicamente de cursos de instrucción general (la cifra anterior no incluye los cursos de formación de instructores, que existen en las secciones políticas de los frentes y ejércitos).
Como dijimos anteriormente, las secciones políticas de los ejércitos dirigen el trabajo de los núcleos comunistas. El número de comunistas en el ejército del frente era, el 1º de octubre, de 60.000; lo mismo ocurría en la retaguardia. Durante los meses de octubre, noviembre y diciembre se organizó en todos los ejércitos «la semana del partido», durante la cual los soldados rojos se inscribieron en el partido comunista, no por decenas sino por cientos de miles. El número de nuevos miembros inscritos oscilaba entre el 20% y el 25% de la masa total de soldados rojos. Algunos regimientos, como el de Taman, se unieron en bloque al partido comunista. Si tenemos en cuenta que «la semana del partido» tuvo lugar principalmente en octubre, en el momento más difícil para el poder soviético y el Ejército Rojo, cuando los guardias blancos estaban al norte de Orel y marchaban hacia Tula, podemos decir con seguridad que fueron los mejores elementos del Ejército Rojo los que se unieron al partido comunista.
La DPR y las secciones políticas penetran en todas las instituciones militares, empezando por el Gran Estado Mayor de toda Rusia, y terminando por los hospitales y las ambulancias. El ejército, la flota (marina, fluvial y aérea), el servicio de enlace, las fábricas de guerra, el servicio de avituallamiento: todo ello está dentro de la esfera de acción y control político de la DPR y sus órganos.
La DPR tiene a su disposición trenes especiales para su trabajo de agitación. Además, en todos los nudos ferroviarios importantes existen «puntos de agitación» que, al tiempo que trabajan entre la población local, proporcionan a las tropas de tránsito literatura de propaganda, les suministran información, etc. La DPR comparte la dirección de estos «puntos de agitación» con el Comisariado para la Instrucción Pública y la Dirección Política del Ferrocarril (1).
Este inmenso ejército de «trabajadores políticos» -así les gusta llamarse a todos los colaboradores de las secciones políticas- constituye junto con los núcleos comunistas y los comisarios el alma misma del Ejército Rojo. Su papel decisivo en las victorias del Ejército Rojo se confirma por nuestros enemigos que intentan, sin éxito, crear instituciones análogas. El oficial desertor Kotomin, que se ha pasado a los blancos, en un informe dirigido al Estado Mayor de Kolchak y que fue interceptado por nosotros durante nuestra marcha sobre Tobolsk, atribuye nuestras victorias al «fanatismo» de nuestros comisarios, es decir, a nuestros trabajadores políticos, y en esto tiene razón. Lo que hizo invencible al Ejército Rojo fue la fuerte organización comunista.
Rakovsky
(1) La Dirección Política del Ferrocarril es una institución análoga a la DPR. En la actualidad, debido a la militarización de la industria, se están creando secciones políticas en las distintas ramas de la industria. Por ejemplo, ya existe una sección política de la industria militarizada, que es la industria del carbón en la cuenca del Donetz.