Cartas de AstracánLa Oposición

La última carta desde Astracán de Rako a Trotsky

Diego Farpón

Finaliza, con la presente, la serie de cartas que aparecieron en Cahiers León Trotsky bajo el epígrafe lettres d’Astrakhan à Trotsky, en el nº18.
Rako, dentro de un mes, va a escribir una famosa carta a Valentínov. En octubre de 1928 será enviado a Sarátov, donde tendrá mejor clima. No estará mucho tiempo allí: Rako pagará la declaración del 22 de agosto de 1929 con un nuevo destino, Barnaúl. Si en Sarátov encontrará un clima más propicio para la salud, Barnaúl será un infierno helado. Rako se había convertido en el dirigente más importante de la Oposición sobre el terreno, toda vez que el Jefe genial expulsó a Trotsky de la URSS en enero de 1929.
Este año, 1929, verá nacer el importante boletín de la Oposición (bolcheviques-leninistas), del que ya hemos visto algunos textos. Pese a las difíciles condiciones, la Oposición no detendrá su lucha.


Astracán, 21 de julio de 1928

Querido amigo,
Al recibir tu telegrama y tras leer tu carta (recibí el último telegrama 1-4 en conclusión), envié un telegrama al congreso en mi propio nombre, adjunto a tu carta y también pedí a los camaradas que hicieran lo mismo. Así que telegrafié a Beloborodov, Mratchkovsky, Preobrazhensky (que está en su dacha cerca de Moscú con su familia), Muralov, Radek, Smilga, Kasparova, Rafail, Ichtchenko (de quien recibí una carta), Smirnov (a cuya casa fue Aussem) y Sosnovsky. Creo que eso es todo.
El texto de mi telegrama es el siguiente: «Estoy de acuerdo con la carta de Trotsky al VI Congreso sobre el tema de las divergencias surgidas en el partido. Como uno de los fundadores de la Comintern, quiero expresar al congreso mi deseo de que intervenga valientemente y con toda su autoridad contra las exclusiones y deportaciones y que exija, en interés de la revolución mundial y de la Revolución rusa, el restablecimiento de la unidad del PCR (b) sobre la base del leninismo, la dictadura del proletariado y la democracia honesta en el interior del partido».
Estoy totalmente de acuerdo con la parte final del texto y no me cabe duda de que la introducción y la conclusión también están bien compuestas. Si lo hubiera escrito yo (sin cambiar el contenido), habría hecho más hincapié en ese grupo concreto de personas, los excluidos. En una época en la que el carácter personal de las individualidades es tan evidente, la importancia de un documento tan notable, pero excesivamente objetivo, no habría hecho más que reforzarse.
Como estoy muy ocupado, me contenté con hojear la «crítica del proyecto de programa de la IC». Volveré a hablar de ello más tarde. En el fondo, también en esta parte, nada nos separa. También le escribí a Radek que creo que en China «la revolución democrática obrera y campesina» ha dicho su última palabra. Por otro lado, la Comuna de Cantón ha establecido nuevos hitos.
Debo decir que el sucedáneo «bloque obrero y campesino» -la consigna «obreros y campesinos»- se está extendiendo como un cáncer por toda la Comintern. Anteriormente, no parecía que se le diera demasiada importancia, ya que el término sólo se utilizaba en el Este y en los países balcánicos. ¡¡¡Pero ahora observo con horror que hasta L’Humanité llama a los diputados comunistas «diputados del bloque obrero y campesino»!!! Así, «el camarada diputado del Bloque obrero y campesino ha intervenido en la Cámara». Cuando leí esto, no podía creer lo que veían mis ojos y me surgió una duda: ¿no habría, además del partido comunista, otro grupo político, el «bloque obrero y campesino»?
La iniciativa de enviar un telegrama sobre la conferencia se tomó por dos razones:
1. En dos o tres días había recibido tres cartas de Kasparova, Radek e Ichtchenko (es cierto que este último propuso que sólo se pusiera de acuerdo un grupo de cuatro personas) proponiendo la idea de una conferencia.
2. De hecho, resultó que había entre cuatro y cinco proyectos de tesis y llamamientos en curso, y esto mientras se ignoraba si tú mismo emprendías la redacción de dicho llamamiento. La idea partió de ti, pero ni yo, ni aparentemente nadie, sabíamos si la ibas a escribir o la estabas escribiendo. En esta incertidumbre total, la idea de dirigirse al Politburó para pedirle permiso para celebrar una conferencia era un paso práctico deliberado, cuyo probable rechazo nos obligaría a tomar una nueva decisión.
Naturalmente, era muy consciente de que nuestra demanda de autorización podía ser puesta en la «pizarra» del partido y utilizada en nuestra contra. Pero también consideré que había dos ideas clave claras y esenciales que debían ser determinantes: defender nuestras ideas y, cuando se presentase la oportunidad, llamar a la puerta del partido. Del mismo modo, no debemos caer en un entusiasmo infundado sobre el «rumbo a la izquierda», pero tampoco debemos abandonarnos a la rutina de una psicología de deportados. Sobre todo porque considero que la situación es muy grave dadas las circunstancias.
Después de algunos gestos, el Centro fue derrotado de forma contundente. La victoria de la derecha se logró sin mucho esfuerzo. Desde el primer contacto -desde el primer cruce de espadas, la derecha se sintió confiada y tranquila, mientras que el centro se sintió nervioso e inseguro. Veremos qué ocurre en el próximo pleno. Pero de un pleno a otro, es como si reviviéramos todo un periodo histórico. Los acontecimientos se suceden a una velocidad increíble.
A mi propuesta de enviar un telegrama al buró político, respondieron todos, y Mratchkovsky el primero (el primero también que acaba de telegrafiarme que ha enviado su firma al congreso). También Rafail, Aussem, Sosnovsky, Beloborodov. Sólo V envió un telegrama desesperado, hablando en contra (sin mencionar a Iv Nik Smirnov, Kasparova, Preobrazhensky, Radek. De este último recibí una carta y una copia de la carta que te envió, así como sus tesis).
En su fracción se encontró con Muralov y Serebriakov, pero con razones diametralmente opuestas en sus «explicaciones de voto». Leonid Ser me respondió con el siguiente telegrama: «No hay acuerdo. Recomienda que se instruya a Preobrazhensky en Moscú para acordar la forma y el contenido de la declaración si, por supuesto, se trata de una declaración que busca la posibilidad de volver al partido. Creo que el CC está dirigiendo correctamente los problemas políticos fundamentales y que es el momento de plantear la cuestión de volver al partido. Saludos. Serebriakov».
Todavía no tengo permiso y sigo en el hotel en un ambiente de vivac (me parece que siempre ha sido así) con 38° de calor y el miasma de Astracán. Recibo cartas de todo el mundo.
Te mando un gran abrazo.

Khristian