El Comité de la sección rusa de la Internacional a Karl Marx: sobre Dmitrieff
Diego Farpón
Con el sello de la “Asociación Internacional de Trabajadores. Sección rusa”, quienes habían sido tres grandes socialistas populistas, Victor Bartenev, Nikolai Utin y Anton Trusov, mandaron esta carta a Karl Marx: la sección rusa enviaba a Inglaterra a Élisabeth Dmitrieff a conocer la realidad política y social de primera mano.
Esta carta de presentación fue el preámbulo de lo que se convertiría, durante algunas semanas, en una intensa colaboración que el Moro no olvidaría nunca.
Extraída de К. Маркс, Ф. Энгельс и революционная Россия, М., Политиздат, 1967, p. 181-184.
Ginebra, 9 de diciembre de 1870
¡Querido ciudadano!
Permite que en esta carta te recomendemos calurosamente a nuestra mejor amiga, la Sra. Eliza Tomanowska, que está sincera y seriamente dedicada a la causa revolucionaria en Rusia. Estaremos encantados si, por su mediación, podemos conocerte mejor y al mismo tiempo informarte con más detalle de nuestra situación, que ella podrá exponerte detalladamente.
La situación es indudablemente triste, ya que tenemos, por un lado, que superar los obstáculos que el zarismo pone a toda propaganda libre, y por otro lado, combatir la ignorancia y la deshonestidad (expresión que no es en absoluto demasiado fuerte) que impregnan todos los estratos de la llamada sociedad rusa culta. Además, el espíritu de grupo y la estrechez de intereses paralizan el trabajo revolucionario incluso entre la juventud; sus filas están dominadas por adeptos al juego infantil de la revolución, que desean imitar a las antiguas corporaciones estudiantiles alemanas y se consideran capaces de llevar a cabo un golpe revolucionario para el pueblo, pero sin el pueblo, lo que en Rusia es aún menos posible que en cualquier otro lugar. -Todo esto lleva a que la mayoría de los que, según su posición, podrían y deberían haber sido verdaderos propagandistas de la Asociación Internacional estén todavía lejos de comprender su verdadero significado, y se requerirá un gran esfuerzo de nuestra parte para plantar y fortalecer seriamente nuestra bandera común en Rusia. Sin embargo, no dudamos del éxito de nuestra tarea, y nos alegramos de haber sido nosotros quienes iniciamos la propuesta de orientar el movimiento revolucionario ruso en la dirección general del movimiento del proletariado europeo. El estado crítico de nuestro país, la situación económica del pueblo, la anarquía fiscal, la aparente impotencia de las asambleas provinciales (instituciones del zemstvo), la ciega imitación de Prusia en las reformas militares llevadas a cabo por el zarismo, que inevitablemente provocarán el mayor descontento de los campesinos y obreros, la persecución incluso de la prensa semiliberal (la prensa radical está prohibida) -todo esto acabará provocando una seria oposición y hará pensar en la necesidad de organizar las ciudades y los pueblos en asociaciones de trabajadores, con algunas diferencias de forma dictadas por consideraciones administrativas…
Todavía no sabemos a dónde nos llevarán las intenciones bélicas de nuestro glorificado patriotismo, decretadas por Alejandro y sus lacayos; en cuanto a nosotros, por supuesto, en caso de guerra deseamos apasionadamente la derrota de Rusia… No cabe duda de que el gobierno zarista tratará de arrastrar a Europa a la guerra a cualquier precio, pues ya ha hecho costosos preparativos y ha robado tanto del presupuesto, que sin un escándalo público ya no puede salir de su apuro; se dirige directamente a la quiebra. Si el gobierno todavía es lento con sus pretensiones bélicas, es porque está tratando obtener un préstamo en Londres u Holanda. Aquí es donde se puede prestar un gran servicio: mostrar a esos mismos ases de las finanzas que es demasiado arriesgado suscribir un préstamo ruso: en primer lugar, porque el préstamo es para el armamento de Rusia y la guerra; en segundo lugar, porque el gobierno ruso se dirige a la quiebra y pronto no podrá pagar los intereses. En 1863, incluso un artículo tan débil como el de Volovsky en la ≪Revue des deux Mondes≫ hizo mucho por asestar un golpe decisivo al tipo de cambio de los valores rusos: el tipo de estos valores nunca subió.
En Ginebra estamos preparando el relanzamiento de la revista ≪Egalite≫, que ha dejado de salir debido a la considerable reducción del número de suscriptores a causa del desempleo en la industria relojera. La Sra. Eliza le hará llegar las circulares del grupo de iniciativa propagandística que hemos creado aquí con Becker, Perret, Weyermann, Dupleix, Duval y muchos otros. Tenemos muchas esperanzas puestas en este grupo, aunque sin un periódico no llegará más lejos. También lamentamos que el Consejo General no disponga de medios para crear su propio organismo. El próximo Congreso General deberá tomarse en serio esta cuestión, ya que no cabe duda de que retomará la cuestión de mejorar y consolidar la organización federal de toda la Asociación.
La Sra. Eliza nos escribirá sobre todo lo que creas necesario decirnos, y a su regreso nos dirá qué impresión le causaron las organizaciones de los sindicatos obreros y la vida política y social de Inglaterra al conocerla más de cerca, y nos dará toda la información al respecto. Estamos seguros de que la ayudarás en sus estudios con tus consejos y tu valiosa orientación, y te lo agradecemos de antemano; ayudándola en sus estudios nos ayudas a todos.
Acepta, querido ciudadano, nuestros saludos fraternales.
Victor Bartenev
Nikolai Utin
Anton Trusov