La OposiciónRakovsky

Rakovsky y el boletín de la Oposición: en vísperas de la XVI Conferencia del Partido

Diego Farpón

Entre 1929 y 1941 Lev Trotsky estuvo al frente del boletín de la Oposición (bolcheviques-leninistas).
Aniquilada la democracia en el seno del Partido Comunista y puestas en cuestión las conquistas de la Revolución de Octubre, la revista contó con varios formatos, en un intento desesperado por burlar no sólo la censura, sino también el asesinato político. Durante demasiado tiempo ha sido ocultado el desarrollo del socialismo científico que tuvo lugar en la URSS, sepultado bajo el marxismo-leninismo.
Es necesario recuperar estas páginas. En primer lugar, porque la cuestión de la contrarrevolución en la Unión Soviética lejos de ser una disputa cerrada es un debate que se encuentra abierto. Recuperar los textos que cuestionan el rumbo de la Revolución de Octubre y la degeneración stalinista, no desde un punto de vista histórico -o, al menos, no exclusivamente histórico-, sino con la pretensión de obtener conclusiones políticas y nuevas hipótesis de trabajo para la lucha por la autoemancipación del proletariado es una tarea necesaria. Añadamos que encontramos la cuestión de la degeneración burocrática de la Revolución de Octubre ya al final de la vida del mismo Lenin, aunque los escritos donde el revolucionario ruso trata esta cuestión no gocen de la popularidad que tienen otros.
En segundo lugar, sepultada la problemática de la contrarrevolución que revistió los ropajes de la burocracia junto a los líderes de la Oposición, se impide la reflexión sobre la que puede que sea, quizás, la más importante de las enseñanzas a extraer de la Revolución de Octubre. Nos encontramos ante un problema real del proceso revolucionario, que en los años veinte del pasado siglo significó la cristalización de la contrarrevolución. Es, pues, un problema teórico-práctico de primer orden.
La Comuna de París enseñó que no bastaba con hacerse con la maquinaria estatal de la burguesía, sino que era necesaria la destrucción de la misma. Medio siglo después el proletariado continuaba su obra en Rusia: ¿logró la Revolución de Octubre la liquidación del Estado zarista? ¿Cómo pudo entonces derrotar la burocracia al proceso revolucionario, o lo que es lo mismo, cómo pudo alzarse la contrarrevolución ante la Revolución de Octubre? ¿Qué ocurrió para que la vieja guardia leninista fuese asesinada, eliminada físicamente, por aquel nuevo Estado que habían hecho surgir, por aquel Partido que habían construido? Estas son sólo algunas de las preguntas que nos hacemos con respecto a la URSS. La lista es muy larga.
Para quienes la cuestión de la URSS sea algo cerrado los textos que recuperamos carecen de valor alguno. Hay quienes señalarán que son basura contrarrevolucionaria y que hasta el XX Congreso del PCUS todo fue bien. Para quienes, por el contrario, son fieles a la búsqueda de verdad, más que al dogma, estamos seguros de que los textos ayudarán a reconstruir el conocimiento de lo ocurrido en la URSS y, quizás, puedan ayudar a constituir un nuevo punto de apoyo a través del cual luchar por la revolución mundial.
El presente texto fue escrito por Rakovsky. Apareció en el número 3/4 del boletín de la Oposición (bolcheviques-leninistas), publicado en septiembre de 1929.


Balance de la situación
(En vísperas de la XVI Conferencia del Partido, abril de 1929)

Rakovsky

1. Las condiciones en las que se reunirá la conferencia (1):
a) Exacerbación de la lucha de clases en el campo con la segunda interrupción de los envíos de trigo.
b) Reducción real de los salarios.
c) Dificultades crecientes para abastecer a las ciudades de pan y a la industria de combustible; introducción de libretas de racionalización, colas; pánico entre los militantes, transmitido a los trabajadores.
d) Aumento del antisemitismo y de la propaganda religiosa, de la influencia ideológica de la burguesía en general.
e) Aplicación parcial del plan de edificación socialista en la industria y en la agricultura.
f) Creciente descontento entre la clase trabajadora; cada vez más desvinculada del partido.
g) Reconocimiento oficial del monstruoso desarrollo de la burocracia, putrefacción de secciones enteras del aparato estatal, los sindicatos y también del Partido.
h) Creciente alejamiento de la clase obrera del partido y de los sindicatos.
i) Reconocimiento oficial de la existencia de un peligro derechista no sólo en el partido sino también en el Comité Central.
j) Mayor descomposición del partido.
k) Exilio masivo de la oposición leninista; encarcelación y expulsión del camarada Trotsky al extranjero.
l) Disminución de la autoridad del Partido entre las masas trabajadoras, que se manifiesta en una caída de la disciplina laboral; una interrupción de la campaña de negociación colectiva; un decreto para aumentar el poder administrativo y el poder de las directivas de empresa, etc.
2. Sólo los burócratas del partido, impregnados de un imperdonable optimismo oficial, pueden ver estos fenómenos como síntomas del crecimiento de la construcción socialista.
3. A los ojos de todo leninista acostumbrado a analizar las relaciones de clase, estos fenómenos constituyen signos de una profunda crisis que es una amenaza directa para la dictadura proletaria y para la existencia del propio poder soviético.
4. Las causas de esta profunda crisis, que se ha manifestado con inusitada rapidez entre el XV Congreso y la actual conferencia, tienen sus raíces en la línea de la dirección del partido desde hace muchos años. Buscar estas causas sólo en las condiciones objetivas, en el aumento de las contradicciones internas derivadas de la presencia de un entorno interno pequeño-burgués y externo capitalista, es un intento cobarde de la dirección del Partido de eximirse de la responsabilidad de los errores imperdonables que ha cometido. La dictadura proletaria ha conocido una situación internacional e interna incomparablemente más difícil, pero es la primera vez que se enfrenta a una crisis tan aguda en el Partido y en el Estado y a una conciencia tan intensa del callejón sin salida en el que se encuentra.
5. La Oposición Bolchevique Leninista señaló a su debido tiempo la existencia de la crisis, definiendo con precisión las etapas de su ulterior desarrollo y agravamiento y al mismo tiempo señaló las vías y los medios para salir de la misma. En vísperas del 15º Congreso, la oposición presentó al Politburó una conocida plataforma en la que exponía de forma sistemática y exhaustiva la amenaza de la derechización y los medios para combatirla. El Politburó, ocultando al Partido y a la clase obrera sus graves y sistemáticos errores en la cuestión del campo, de la industria, de la cuestión laboral, las complicaciones en la dirección de la Komintern, ocultó a esta última y a las amplias masas obreras la plataforma de la oposición. Aferrándose al aparato burocrático y a su ilimitado y absoluto control, temiendo perder el poder, la dirección del Partido sacrificó los intereses de la dictadura del proletariado, del Estado soviético y de la revolución mundial en aras de su propia supervivencia. Los intentos de la Oposición por dar a conocer su punto de vista al Partido antes de la convocatoria del Congreso se encontraron con una frenética resistencia por parte del aparato del Partido. La Oposición fue derrotada organizativamente y expulsada del Partido, con la excepción de aquellos que aceptaron renunciar a sus puntos de vista correctos en favor de la supuesta corrección de la política de la dirección, que lleva a la desaparición de la dictadura proletaria y del Estado proletario.
6. La dura lección que recibió el Partido a principios del año pasado -la interrupción de las entregas de trigo, con todas las dificultades que se derivaron de ello, y la apertura de todas las pústulas que mostraron la profunda degeneración tanto del aparato del Estado como de los sindicatos y del Partido, debería haber sido una advertencia para la dirección del Partido y para el Partido. Pero el Partido no pudo aprovechar esta lección, porque la dirección del Partido, motivada por el deseo de ocultar sus errores y conservar su poder, privó al Partido de la oportunidad de comprender la causa de la crisis, de comprenderla en su conjunto y de luchar por superarla. En lugar de un debate abierto y honesto, en este caso la dirección del Partido también recurrió a sus medios habituales de engañar al propio Partido y a las masas. Para evitar las críticas, permitió una patética parodia de crítica llamada autocrítica. La autocrítica se dio a los trabajadores del Partido y a los trabajadores para criticarse a sí mismos cuando era necesario criticar a la dirección. En lugar de admitir claramente sus errores, la dirección del Partido continuó negando obstinadamente su existencia, en lugar de un intento honesto de implicar al Partido y a la clase obrera en la discusión de la línea de dirección, en lugar de utilizar la experiencia del Partido y del proletariado para plantear adecuadamente y resolver correctamente las cuestiones vitales de las que dependía la continuidad de la dictadura proletaria, la dirección del Partido fortaleció y reforzó la maquinaria del aparato, recurriendo ya abiertamente a la ayuda de los órganos de la GPU. Finalmente, la dirección del Partido acordó en sus resoluciones (véase la resolución del distrito de Khar’k en Pravda) que la dirección y el aparato estaban por encima de toda crítica y que cualquier intento de criticarlos sería castigado sin piedad como un ataque al leninismo.
7. Ante la amenaza de la hambruna que se cernía sobre la clase obrera, la dirección del partido se vio obligada a admitir el peligro kulak, la agudización de la lucha de clases en el campo, el monstruoso desarrollo de la burocracia, la decadencia de los vínculos individuales en el aparato soviético, los sindicatos y el partido; se vio obligada a apropiarse para su propio uso de algunas de las disposiciones esbozadas en la Plataforma de la Oposición, obligada a declarar después de nosotros que cualquier concesión a los kulaks y a otras clases hostiles sólo significaría su estímulo y consolidación; obligada a repetir después de nosotros que tratar de eliminar las contradicciones entre el capitalismo privado de las granjas de los kulaks en el campo y el sector socialista en la industria, al reducir el ritmo de la industrialización y la industria pesada en particular, no significa eliminar, sino sólo posponer las dificultades con su posterior repetición sobre una base ampliada. Sin embargo, todo esto es sólo de boquilla. Manteniéndose fiel a su política centrista y oportunista de decir frases de izquierda y hacer cosas de derecha, la dirección se niega hasta hoy a adoptar una política leninista firmemente consecuente.
8. Mientras proclamaba verbalmente que existía un peligro derechista y proclamaba que había que suprimir todas las concesiones a los kulak, la dirección del partido iba de hecho de concesión en concesión. En julio subió el precio del pan, provocando la inflación. La afluencia adicional de dinero al campo provocó a su vez una subida del precio del pan y otro fracaso catastrófico de la cosecha del año en curso.
9. La línea general del Partido, supuestamente leninista, se reduce en realidad a un indefenso zig-zag de la derecha a la izquierda, a una fútil oscilación entre la aplicación formal y real del artículo 107 y otros medios de presión sobre la población rural, que golpean no sólo a los kulak y a las clases medias acomodadas, sino en la mayoría de los casos a toda la clase media y en parte a las masas pobres, y la promulgación de una ley que exime del impuesto a la superficie sembrada adicional durante dos años. Esta ley es una retribución a los kulak y a los elementos de renta media por la ocultación y reducción consciente y maliciosa de la superficie sembrada en el otoño anterior.
10. La lucha declarada contra la desviación de la derecha y su actitud conciliadora es tan sólo una parodia de una lucha real como la autocrítica glorificada era una parodia de la crítica. La lucha contra el peligro de la derecha se reduce a la repetición mecánica de ocurrencias burocráticas sin el más mínimo intento serio de buscar las causas de la aparición de la derecha y de todas sus desviaciones afines en el partido, incluida la desviación centrista: sin el más mínimo intento de luchar contra la desviación de la derecha en toda la política del partido, contra la burocracia siempre creciente que es la condición previa para la aparición y el crecimiento diario, cada hora, cada minuto de las desviaciones derechistas.
11. La dirección del Partido, al acusar falsamente a los bolcheviques-leninistas de no creer en la posibilidad de la construcción socialista en nuestras condiciones, en un momento en que toda nuestra plataforma tiene la tarea de acelerar precisamente esta construcción, expone de hecho su mayor desconfianza en las masas del Partido y su más profunda incredulidad en el sentido revolucionario de clase del proletariado, porque ha convertido a los proletarios en meros espectadores, a los que sólo se les permite hablar mientras repitan los sofismas de la dirección centrista.
12. Al acusar falsamente a los bolcheviques-leninistas de ignorar el papel de las clases medias, cuando en realidad su objetivo al crear un sindicato de campesinos pobres es organizar esa fuerza política que atraiga a las clases medias al lado del proletariado y de los pobres para superar la creciente influencia política de los kulaks, la actual dirección muestra una actitud cobarde hacia los pobres del campo. Las actividades de la dirección del Partido reproducen la peor cara del comunismo de guerra, empujando no sólo a las clases medias, sino también a los pobres a la esclavitud económica y política del kulak.
13. La desconfianza del Partido en las masas, la desconfianza en el proletariado, la desconfianza en los pobres del campo, el miedo a su iniciativa de clase, el miedo a sus instintos revolucionarios, empujaron a la dirección del partido a concentrar cada vez más la vida política del partido en la estrecha cúpula del mismo, ahogando así su base proletaria.
14. Aunque es bastante coherente con su línea principal, para eliminar cualquier posible resistencia de las masas campesinas y de la clase obrera, el nuevo giro a la derecha debe seguir la línea de una persecución cada vez más feroz de la Oposición. No se contenta con expulsar a muchos miles de nosotros del Partido, no se contenta con exiliarnos a lugares peligrosos pasando primero por las cárceles, ha tenido la audacia de declarar a los leninistas enemigos de la dictadura proletaria y del poder soviético abriéndoles de par en par las puertas del aislamiento de Tobolsk. Finalmente, tuvo el sentido común de desafiar a todo el proletariado ruso y mundial al expulsar por la fuerza al extranjero a L. D. Trotsky, el colaborador más cercano de Lenin y líder de la Revolución de Octubre y organizador del Ejército Rojo. Al emprender el camino de la violencia contra el Partido, la dirección centrista acumula el crimen contra la dictadura proletaria, contra el Partido Comunista y después de haber recurrido a la colaboración del gobierno nacionalista-burgués de Turquía para eliminar al honesto y firme bolchevique-revolucionario Trotsky de la Unión Soviética, intenta ahora, mediante una campaña desvergonzada y calumniosa, conseguir la aprobación de su inaudita violencia del partido de la clase obrera, proclamando que Trotsky se ha vendido al imperialismo mundial. Al mismo tiempo, la dirección del Partido, habiendo convertido la prensa del Partido en un monopolio del aparato del Partido, miente y calumnia maliciosamente sobre los bolcheviques-leninistas, que supuestamente son partidarios de dos partidos, que supuestamente están preparando una guerra civil contra la dictadura del proletariado y el poder soviético, que supuestamente hablan del Ejército Rojo como un ejército bonapartista.
15. La Oposición sigue estando a la altura de las circunstancias. Sigue siendo leal al Partido Comunista y al proletariado, sigue siendo leal a los compromisos que asumió voluntariamente ante el XV Congreso, ante todo el Partido y ante todo el proletariado. Ninguna persecución, ningún exilio o prisión, ningún pabellón de aislamiento, ninguna calumnia, ninguna vil provocación la desviará del correcto camino leninista.
16. Todo opositor-leninista desea fervientemente volver al Partido y a consagrar sus fuerzas a la lucha por la defensa de la dictadura del proletariado en la lucha contra sus enemigos de clase y por la construcción socialista.
17. Los bolcheviques-leninistas rechazamos la acusación de fraccionalismo: este tipo de acusaciones es una burla al Partido ahora que se reconoce definitivamente que hay una serie de divisiones fraccionales en el seno del Partido, que el Partido se está desmoronando en numerosas fracciones. Hemos creído y seguimos creyendo que la fracción es la horrible creación del régimen del Partido; seremos los primeros en luchar por la eliminación real del fraccionalismo, por la unificación real de todos los elementos sanos del Partido. El verdadero defensor de la concepción monolítica del Partido, el enemigo abnegado del fraccionalismo, es el que lucha contra la línea errónea de la dirección, contra el absolutismo del aparato, por la democracia en el Partido, por la resolución y el cumplimiento de las garantías que los estatutos del Partido ofrecen a cada miembro del Partido.
18. Nuestras actividades a lo largo del año pasado han sido muy fructíferas para el Partido. Hemos desenmascarado a la derecha, hemos luchado contra el estado de ánimo decadente que impregna a una gran parte de las masas obreras, a los miembros del partido y sin partido. Luchamos contra el espíritu pequeño-burgués, la indiferencia reaccionaria, cuyo triunfo significaría la perdición de la dictadura proletaria. Hemos preservado a muchos centenares y miles de trabajadores que la política errónea y el régimen del partido estaban expulsando de las filas del Partido, al mismo tiempo que hemos conservado a los mejores trabajadores sin partido que habían sido empujados por la misma política errónea y el mismo régimen del Partido a los brazos de los enemigos del Partido Comunista y de la dictadura del proletariado.
Nuestras actividades se han dirigido a defender el Partido y la dictadura del proletariado. Ante la 16ª Conferencia de la Unión declaramos: la Oposición Leninista ha luchado y seguirá luchando en las filas del Partido. Rechazamos todos los bloques sin principios con la derecha, ese no es nuestro camino. Era y es el camino de la dirección centrista, de Stalin. Hemos apoyado y seguiremos apoyando todas las medidas del Partido contra los enemigos de clase, por la construcción socialista, por la industrialización, por la unión de los trabajadores pobres, por la elevación del nivel de vida de la clase obrera, por la Internacional Comunista. No dudaremos en denunciar la doble política de la dirección oportunista.
El método de lucha sigue siendo la reforma [resaltado en el original]. Nos oponemos decididamente a todo aventurerismo político. Seguiremos apoyando y explicando nuestra línea a las masas del Partido y a las que están fuera de él, manteniéndonos así fieles a los preceptos de la Revolución de Octubre y a las enseñanzas de Lenin.


(1) Este texto fue traducido al francés en los célebres cahiers León Trotsky, dirigidos por Pierre Broué. Ahí se apunta que debió escribirse entre finales de marzo y principios de abril. Así mismo, se señala que el contenido muestra un proyecto de declaración sin terminar, así como que se desconoce si esta declaración llegó a emitirse en algún momento.
La presente traducción fue elaborada sobre el documento que se encuentra en Iskra Research Posteriormente fue cotejada con la traducción de los cahiers León Trotsky. En el futuro publicaremos nuevos textos traducidos directamente de los cahiers León Trotsky. Estos cuadernos están disponibles en Marxists.