La OposiciónTsintsadze

La Oposición incomunicada y aislada en 1929

Diego Farpón

Esta carta de Kote Tsintsadze a Trotsky fue escrita el 21 de septiembre de 1929, y muestra la desesperación y la entereza de Tsintsadze y de la Oposición. La situación no es nada fácil: desde septiembre del año anterior las comunicaciones están cortadas por el aparato contrarrevolucionario -hasta ese momento, aproximadamente un 50% de las cartas que se enviaban llegaban, aunque censuradas, a su destino, según cuenta Trotsky en ¡C’est la marche des événements!-; en enero, ya de 1929, la GPU ha notificado a Trotsky su expulsión de la URSS. Estas dos medidas se complementan sin lugar a dudas: se trata de aislar a las/os revolucionarias/os mediante el fin de las comunicaciones, pero también de alejarles de su dirigente más emblemático; en julio han capitulado Preobrazhensky, Radek y Smilga: la Oposición se deshace. La respuesta vendrá desde Sarátov, de la mano de Rakovsky, que primero criticará la capitulación de Preobrazhensky, Radek y Smilga y más tarde, el 22 de agosto, hará pública una declaración que va a lograr que vuelva la calma a la Oposición. El 25 de septiembre Trotsky suscribirá esta declaración. Rakovsky, con la declaración, logrará fijar elementos de comprensión de la realidad que permitirán a la Oposición proseguir el combate político. La Oposición no ha sido, todavía, derrotada. El Jefe genial lo reconocerá enviando a Rako a un nuevo destino: Barnaúl.
La carta fue publicada en Cahiers León Trotsky, nº7/8, p. 94.


Querido amigo,
Por fin un camarada ha «parido» una carta en la que me da tu dirección. Hace tiempo que no nos escribimos. ¿Cómo estás?
Creo que no estás bien allí, pero aquí no es mejor. Tendremos que luchar durante mucho tiempo sin duda sobre el plano de las ideas para traer de vuelta al proletariado a la vía del leninismo. Pensábamos que todo el mundo en nuestro país lo conocía desde hace tiempo, pero resulta que algunos no lo sabían.
Toda esta «gente honesta» -I. N. Smirnov-, esos «nacidos en la cárcel» -Mratchkovsky, Beloborodov y otros- resultaron no ser nada revolucionarios. Esta gente se tragó toda la vergüenza para recuperar sus carnés del partido: son utilizados para tapar pequeños agujeros en el aparato soviético. Smirnov difunde entre los deportados su proyecto de declaración. ¿En cuál (ya ha escrito seis) expuso sus auténticas ideas? No lo sabemos. Hay mucho que escribirte y pocas esperanzas de que estas cartas te lleguen. Este es un «globo sonda». Contéstame a Alouchta.
Estoy enfermo. He tenido cuatro hemoptisis este año y todavía continúa. Saludos para ti.

Tu Kote