Hacia el Congreso de Lausana, de 1867
Diego Farpón
El capitalismo sigue su implantación y la clase trabajadora enfrenta nuevos problemas, como la migración o la deslocalización: fenómenos que parecen actuales pero que están en la naturaleza del capitalismo y que, por lo tanto, tienen ya un largo recorrido.
En este documento destaca sobremanera este fragmento, en el que los dirigentes de la Asociación Internacional de Trabajadores sitúan estos problemas:
“(…) un estudio de la lucha llevada a cabo por la clase obrera inglesa revela que, para oponerse a sus trabajadores, los empresarios traen trabajadores del extranjero o bien trasladan la fabricación a países donde hay mano de obra barata (…)”.
Por lo demás, la solución que se propone no es novedosa: ya se sabía, desde hacía décadas, que la lucha contra el capitalismo debía ser organizada a nivel internacional.
Tomado de collected works, volume 20, Marx and Engels, 1864-1868, Marx, Karl; Engels, Frederick, Lawrence & Wishart, 2010, pp. 421-423.
A los miembros, sociedades afiliadas y a todos los trabajadores
¡Proletarios!
De la correspondencia que recibimos se desprende que los miembros de la Asociación siguen difundiendo sus principios y que el número de secciones se multiplica. Esta labor es particularmente notable en Suiza, donde la mayoría de nuestras secciones se dedican activamente a crear sociedades obreras de todo tipo y a ponerlas en contacto con nosotros.
Tras la masacre de Marchiennes, Bélgica está haciendo esfuerzos encomiables para reunir a todo el proletariado belga bajo nuestra bandera.
Sin embargo, diversas circunstancias han obstaculizado la labor de propaganda en otros países:
Alemania, que antes del 48 había manifestado tanto interés por el estudio de las cuestiones sociales, ha concentrado casi todas sus fuerzas activas en el movimiento por la unificación.
En Francia, donde la libertad de la clase obrera está extremadamente limitada, la difusión de nuestros principios y de nuestra Asociación no ha sido tan rápida como cabía esperar: pues habíamos pensado que la ayuda que, gracias a nosotros, las sociedades obreras inglesas prestaron a las sociedades obreras francesas durante sus huelgas, podría habernos granjeado el apoyo de todos los obreros franceses. Ahora, cuando la lucha en Francia entre la clase capitalista y la clase obrera entra en esa fase que llamaremos la fase inglesa, es decir, se agudiza particularmente, los obreros deben comprender que si quieren resistir con éxito al poder de los capitalistas, los diferentes miembros de la comunidad obrera deben estar ligados por un poderoso vínculo de unidad.
Inglaterra, que ha estado preocupada por el movimiento reformista, había dejado de lado temporalmente el movimiento económico. Sin embargo, ahora que el movimiento reformista ha finalizado y que la investigación sobre los sindicatos… está revelando el tamaño y constatando la fuerza de la clase obrera, creemos que ha llegado el momento de que todas las sociedades obreras reconozcan nuestra utilidad.
En las reuniones de delegados de la clase obrera ya se ha rendido homenaje más de una vez al papel desempeñado por nuestra Asociación, y un gran número de sociedades ya se han unido a nuestras filas. Es Inglaterra, donde la clase obrera posee una poderosa organización, la que está llamada a ser nuestro apoyo más fiable.
Los Estados Unidos parecen haber emergido rejuvenecidos de su sangrienta guerra: la clase obrera está ya centralizada y ha ejercido su influencia sobre el Gobierno burgués que gobierna en América, obligando a varias legislaturas estatales a aprobar un proyecto de ley que introduce la jornada laboral de ocho horas. Las próximas elecciones presidenciales han obligado a los diferentes partidos políticos a expresar su posición: hablando en nombre del partido radical, Wade, presidente del Senado, ha reconocido la necesidad de dedicar una atención especial a la cuestión del trabajo y del capital, y se ha pronunciado abiertamente a favor de una transformación de la propiedad capitalista y terrateniente. Como la clase obrera de Estados Unidos tiene un considerable poder de organización, podrá imponer su voluntad.
Hoy, en todos los países civilizados, la clase obrera está en movimiento, y es en países como América e Inglaterra, donde la industria está más desarrollada, donde la clase obrera está más fuertemente organizada y la lucha entre la clase burguesa y la clase obrera es más aguda.
El poder del individuo humano ha desaparecido ante el poder del capital, en la fábrica el trabajador ya no es más que un engranaje de la máquina. Para recuperar su individualidad, el obrero ha tenido que unirse con otros y crear asociaciones para defender su salario y su vida. Hasta hoy, estas asociaciones han seguido siendo puramente locales, mientras que el poder del capital, gracias a los nuevos inventos industriales, se incrementa día a día; además, en muchos casos, las asociaciones nacionales han perdido poder: un estudio de la lucha llevada a cabo por la clase obrera inglesa revela que, para oponerse a sus trabajadores, los empresarios traen trabajadores del extranjero o bien trasladan la fabricación a países donde hay mano de obra barata. Ante esta situación, si la clase obrera quiere continuar su lucha con alguna posibilidad de éxito, las organizaciones nacionales deben internacionalizarse.
Que cada obrero considere seriamente este nuevo aspecto del problema, que se dé cuenta de que al unirse a nuestra bandera está defendiendo su propio pan y el de sus hijos.
Nosotros, el Consejo General, hacemos un llamamiento a todos para que el próximo Congreso, que se celebrará el 2 de septiembre de 1867 en Lausana, sea una impresionante demostración de la clase obrera.
Según el Reglamento del primer Congreso, cada rama tiene derecho a enviar un delegado al Congreso. Las ramas con más de 500 miembros pueden enviar también un delegado por cada 500 miembros adicionales. Las ramas que no dispongan de recursos suficientes para enviar un delegado pueden unirse a otras ramas y contribuir a los gastos de mandar un delegado que las represente.
Las cuestiones que se debatirán en el Congreso son:
1) ¿Qué medidas prácticas pueden adoptarse para convertir la Asociación Internacional en un centro común de acción en favor de la clase obrera (femenina y masculina) en su lucha por liberarse del yugo del capital?
2) ¿Cómo pueden las clases trabajadoras utilizar para su propia emancipación el crédito que dan a la burguesía y a los gobiernos?
Saludos y fraternidad:
Secretarios correspondientes:
E. Dupont – para Francia; K. Marx – para Alemania; Zabicki – para Polonia; H. Jung – para Suiza; P. Fox – para América; Besson – para Bélgica; Carter – para Italia; P. Lafargue – para España; Hansen – para Holanda y Dinamarca.
G. Odger, presidente.
G. Eccarius, vicepresidente.
W. Dell, tesorero.
Shaw, secretario-tesorero.
Peter Fox, secretario general.
16, Castle Street, Oxford Street