Rakovsky ante el XV Congreso
Diego Farpón
Realizado en 1927, el XV Congreso muestra la degradación del antiguo partido leninista. Se ratificaron las expulsiones que habían tenido lugar hasta el momento, como las de Trotsky y Zinóviev -según denunció la oposición en el Congreso, habían sido expulsados ya más de mil comunistas-, y se expulsó a 75 miembros más, por ser miembros de la oposición. Además, fue expulsado el llamado grupo Sapronov.
El XV Congreso, realizado para derrotar a la Oposición, logró sus objetivos. La burocracia consolidaba su poder y liquidaba la democracia en el seno del antiguo partido de Lenin.
La oposición, sin embargo, no quiso constituir otro partido. En julio de 1929 aparecía el boletín de la oposición (bolcheviques-leninistas), de la que en 1941 apareció el último número, ya perdida toda periodicidad, tras el asesinato en 1938 de Sedov y de Trotsky en 1940.
No sería hasta 1933 cuando se consideraría necesario constituir nuevas organizaciones, en un proceso que culminó, finalmente, en 1938, con la constitución de la IV internacional. Para entonces los cuadros políticos de 1917 habían sido asesinados. Muchos de ellos pese a postrarse ante la burocracia liquidacionista.
Este factor, el asesinato del cuadro político, tiene una enorme importancia, pues significa la aniquilación de la simiente revolucionaria, simiente sin la cual es imposible la transformación socialista del mundo. Los cuadros políticos no se pueden improvisar, sino que son forjados por el combate político y social: la formación de dirigentes como Bujarin, Lenin, Trotsky, Zinóviev o el propio Rakovsky es una tarea ardua y compleja, es el resultado de un proceso histórico. No sólo no se puede improvisar sino que no es posible una construcción artificial.
La burguesía alemana, decodificando la Revolución de Octubre, consideró necesario asesinar a Róża Luksemburg en 1919, junto a Karl Liebknecht. Poco después actuó de la misma manera con Leo Jogiches.
En Rusia, el mantenimiento del poder por la burocracia exigía el asesinato de quienes eran revolución, de quienes encarnaban la experiencia revolucionaria frente al zarismo, de quienes habían luchado en 1905, de quienes habían sido capaces, al fin, de tomar el poder en 1917. El asesinato sistemático de las/os revolucionarias/os no es algo propio de la lucha de clases en la URSS, sino una característica del proceso contrarrevolucionario en un momento dado para derribar cualquier posibilidad de revolución.
La burocracia stalinista temía, pues, a la revolución. Y para garantizar que no hubiese revolución, en nombre de la Revolución de Octubre, asesinaron a quienes llevaron a cabo la Revolución de Octubre.
El presente texto muestra el partido en 1927, como ya hemos señalado. Podríamos habernos ceñido a la intervención de Rakovsky, quizás con las correcciones que correspondería llevar a cabo fruto de las interrupciones. Sería más fácil de leer y mucho más breve. Perderíamos, a nuestro juicio, la posibilidad de sentir el ambiente de aquel funesto y vergonzoso Congreso. A veces los documentos no son suficiente para conocer la Historia.
Intervención de Rakovsky ante el XV Congreso
Quinta sesión.
Mañana del 5 de diciembre de 1927
Rykov (presidente): Se da la palabra al camarada Rakovsky (1).
Rakovsky:
Camaradas,
El ámbito de nuestras relaciones exteriores es de tal naturaleza que exige la mayor unidad del partido. El enemigo exterior es el más peligroso de todos los enemigos de nuestro partido y de la dictadura proletaria.
Stroganov: ¡Por lo tanto, estás destruyendo el partido!
Gritos: ¡Deberías haber recordado esto antes!
Manuilsky. ¡Deberías haber recordado esto el 7 de noviembre!
Rakovsky:
Si nosotros tenemos un sexto de la tierra, nuestro enemigo tiene cinco sextos. Tiene en sus manos el poder del Estado; tiene en sus manos el Capital; posee una técnica formidablemente desarrollada. Tiene una gran experiencia política en la explotación del proletariado de los países coloniales y semicoloniales.
En el pleno de agosto la minoría del partido hizo una declaración…
Voces: ¡No la minoría, sino un puñado!
Rakovsky:
de la que debo repetir hoy la parte esencial.
Voces. Rumores: ¡No hay tiempo suficiente!
Ruido.
Rakovsky:
Apoyaremos incondicionalmente y sin reservas a los órganos dirigentes del partido y de la Comintern frente al enemigo extranjero que atacará a la Unión Soviética, al gobierno proletario, al gobierno obrero y campesino.
Voces: ¡Vosotros atacáis!
Ruido, risas.
Voces: ¡Vergüenza! ¡Vergüenza! ¡Qué bajo has caído! ¿Y las tesis de Clemenceau?
Stroganoff: ¡Sostienes al partido como la soga sostiene al ahorcado!
Rakovsky:
Camaradas, esto es así, independientemente de la suerte colectiva o individual de la minoría.
Voces: ¡Un puñado! ¡Un puñado! ¡Y no la minoría!
Rakovsky:
Pero en la medida en que el mayor peligro es el externo, nosotros, como todo comunista, como todo miembro del partido, tenemos el deber de señalar sobre las cosas no observadas u omitidas, y los errores cometidos por el partido…
Voces: ¡Las deficiencias de la oposición! ¿Y quién va a trabajar?
Rakovsky:
Camaradas, en primer lugar, quiero arrojar algo de luz sobre una leyenda que se ha creado en torno a mi discurso en la conferencia del partido de la gobernación de Moscú.
Voces: ¡Un discurso contrarrevolucionario! ¿Y qué hay de Kharkov?
Risas.
Rakovsky:
Camaradas, no tengo mucho tiempo. Dejadme decir que se me atribuyó un pensamiento loco, o debería decir, idiota…
Voces: ¡Ha confesado!
Risas. Ruido.
Rakovsky:
a saber, que en mi opinión deberíamos tomar represalias por las provocaciones de Shanghai, París y Londres mediante una declaración de guerra.
Risas. Ruido.
Rakovsky:
Me tomaré la libertad de leer del informe literal no corregido la frase que sirvió, sin ningún fundamento, como punto de partida para la creación de esa leyenda. Repito, es del acta literal no corregida:
“Camaradas, cuando el adversario siente nuestra debilidad, no la elimina y no pospone sino que acelera la guerra. Cuando decimos la verdad nadie nos escucha (Interrupciones. Voces: ¡Lo dirás en París!). Con una correlación de fuerzas diferente, en una situación distinta, la mitad de lo que se ha hecho habría sido suficiente para provocar la guerra hace tiempo. Cuando nos expulsaron de Pekín, cuando nos provocaron en Londres, cuando nos provocaron en París, ¿no creéis que, si nuestra situación fuera diferente, esto habría servido como excusa para rechazar estos actos de una manera revolucionaria merecida? Y entonces se me planteó la pregunta: «¿Cómo, con la guerra?» Sí, camaradas, incluso con la guerra (Risas, interrupciones. Voces: «¡Ha hecho alguna corrección!»), porque somos un Estado revolucionario proletario y no una secta tolstoiana”.
Ayer pudimos leer en Izvestia una declaración del camarada Cachin, diputado comunista del Parlamento francés, según la cual la paz se ha mantenido sólo gracias a la «paciencia» del Gobierno soviético. Debemos decir al mundo burgués: «Tus provocaciones son tales que, en otras circunstancias, si no fuera por nuestra política y nuestra paciencia, desenadenarían una guerra».
Ruido.
Rakovsky:
Camaradas, cuando el camarada Rykov dijo en Kharkov que las complicaciones en nuestras relaciones exteriores se habían agudizado tanto que hubo un momento en que temimos enfrentamientos militares, dijo esencialmente lo mismo.
Kaganovich: Cree que Ginebra está aquí.
Voces: Habla sobre el trabajo fraccional.
Ruido.
Rakovsky:
Vuelvo ahora al tema principal. Después de haber escuchado el discurso del camarada Stalin y de haber leído los discursos de los otros camaradas del comité, he llegado a la conclusión de que el CC repite en el XV Congreso…
Postyshev: Estarás muerto.
Rakovsky:
el mismo error que se cometió en el XIV al evaluar la situación internacional. ¿Qué dijimos en el XIV Congreso? En la resolución de ese Congreso se dijo lo siguiente…
Voces: ¡Estás en contra!
Rakovsky:
“En el ámbito de las relaciones internacionales, es evidente la consolidación y la prolongación del «respiro», que se ha convertido en todo un período de supuesta cohabitación pacífica de la URSS con los Estados capitalistas”.
Ryutin. ¿No es así?
Lyadov. Sí, hubo un respiro.
Rakovsky:
Apenas habían pasado unos meses desde que se hizo esa estimación y asistimos a un tormentoso y rápido desarrollo de la Revolución china, que terminó con su derrota; posteriormente tuvimos la ruptura de relaciones con Inglaterra; más tarde tuvimos un conflicto con Francia, y ahora leemos todos los días sobre la inevitabilidad, o, en todo caso, la probabilidad, de graves complicaciones militares en nuestra vecindad inmediata…
Voces: ¡Y ya estás temblando!
Rakovsky:
que pueden cambiar la correlación real de fuerzas, haciendo que la situación sea bastante desfavorable para nosotros.
Lewandowski: Tú estás ayudando a provocar eso.
Rakovsky:
No volveré a hablar, por falta de tiempo, de los discursos de los camaradas Rykov, Tomsky y Bujarin en Kharkov, en Leningrado y en Moscú.
Malashenko, Kozlov: ¡Especialmente en Kharkov!
Rakovsky:
Me referiré sólo al discurso del camarada Stalin, que, por desgracia, las malas condiciones acústicas me impidieron escuchar en su totalidad.
Risas.
Rakovsky:
Lo he escuchado y puedo citar lo que podido escuchar. En primer lugar, considero que la propia formulación de la pregunta del camarada Stalin es fundamentalmente errónea. Por un lado, enumeraba los logros, incluida la superación del incidente con Suiza, que se produjeron durante estos dos años, y por otro, como si se tratara de un contrapeso, hablaba de la derrota en China, la ruptura anglo-soviética y el último conflicto con Francia. Camaradas, declaro que estas dos magnitudes son incomparables…
Ryutin: ¿Quién dice que son conmensurables?
Rakovsky:
Si en un sector de nuestra política internacional teníamos conquistas mayores incluso que las que teníamos en realidad, y en el segundo sector teníamos una ruptura con Inglaterra, un conflicto con Francia, un conflicto en torno al cual hay diversas estimaciones en la propia mayoría -el bolchevique lo presenta como un precursor, como el primer paso, un paso real hacia la ruptura-, entonces digo que este segundo sector es varias veces mayor que el primero. Y digo más: si incluso hubiéramos mantenido relaciones diplomáticas con Inglaterra, si ni siquiera hubiéramos tenido un conflicto con Francia, la derrota de la revolución china nos ha creado tal desventaja…
Ryutin: Esto es pánico.
Rakovsky:
que podemos decir que contrarresta plenamente todos los logros en nuestros asuntos exteriores.
Ruido.
Rakovsky:
El camarada Stalin ha planteado correctamente la cuestión de la actitud de la clase obrera, de la clase obrera internacional, hacia la Unión Soviética. Sí, la clase obrera es nuestro eje…
Postyshev. Una pieza clave, pero no la tuya.
Rakovsky:
tanto en nuestro partido, la Comintern, como en la política gubernamental. Todos comprendemos que la utilización de las contradicciones existentes entre los Estados capitalistas, entre los grupos burgueses y pequeñoburgueses de los distintos países capitalistas, siendo uno de los medios de maniobra diplomática, es de carácter relativo, comparado con el factor básico, comparado con la clase obrera…
Ryutin: ¿Se está equiparando con la clase trabajadora?
Rakovsky:
Pero debo decir que no comparto el pronóstico y la evaluación optimistas del camarada Stalin.
Voces: ¡Por supuesto!
Voroshilov. Si lo compartieras, no estarías en la oposición.
Rakovsky:
En este sentido, hemos escuchado la siguiente declaración: «registramos un crecimiento constante de la simpatía de la clase obrera por la Unión Soviética»…
Voces: ¡Correcto!
Rakovsky:
Camaradas, de forma tan general esto no nos da la idea correcta de los cambios que se están produciendo en el extranjero. Puede inducirnos a error.
Voces: ¡Ya estás delirando!
Rakovsky:
Digo que si las simpatías hacia nosotros crecen en amplitud…
Goloshchekin: Ruth Fischer no simpatiza con nosotros.
Rakovsky:
Las simpatías crecen, pero la actividad de estas simpatías disminuye, es el rasgo más alarmante de nuestra situación internacional. Tomemos el caso de Inglaterra. Tuvimos un conflicto con Inglaterra en 1923 en relación con la nota Curzon. Tuvimos serios tratos con Inglaterra en 1924, y también tuvimos un conflicto con ella en 1927.
Postychev: Y tendremos uno en 1930.
Rakovsky:
Todos los que observan lo que sucede en Inglaterra debieron notar la pasividad y la indiferencia ante nuestro reciente conflicto con Inglaterra, que terminó con la ruptura de las relaciones diplomáticas. Y este es el hecho más alarmante que manifiesta el crecimiento de la influencia socialdemócrata.
Voces: ¡La oposición la esquiva!
Rakovsky:
Junto al aumento de los votos comunistas, debemos registrar…
Felix Cohn: ¡El levantamiento de Viena!
Rakovsky:
Un hecho muy alarmante, a saber, la disminución…
Voroshilov: ¿Cuál es tu conclusión?
Rakovsky:
La disminución de la actividad de la clase obrera. Ante este hecho alarmante, no puedo contentarme con la afirmación de carácter general sobre el crecimiento de la simpatía hacia nosotros.
Voces: Nunca está satisfecho.
Rakovsky:
¿Qué está ocurriendo ahora? Con motivo del décimo aniversario de la Revolución de Octubre hay un frenético bombardeo ideológico por parte de la prensa burguesa sobre la dictadura proletaria.
Bujarin. Vemos la manifestación del 7 de noviembre…
Rakovsky: Uno de nuestros supuestos periódicos amigos, el Kölnische Zeitung, en su edición semanal para los alemanes en el extranjero, quien lo desee puede comprarlo en el puesto de periódicos frente al Kremlin, dice -digo de antemano que, naturalmente, no pongo mi firma en la declaración, pero es un hecho alarmante-, que en el décimo aniversario de la revolución de octubre ya no se habla de la Rusia soviética como una amenaza ideológica…
Lyadov: cuentan contigo.
Rakovsky:
sino como de cualquier otro Estado. La Unión Soviética ha dejado de ser una amenaza ideológica…
Bujarín: ¡Y por eso no nos invaden!
Rakovsky:
para los Estados capitalistas.
Ruido, gritos.
Skrypnik. ¡Mentira impertinente!
Kaganovich. Charla de Korshevsky.
Goloschekin. ¿Es «Kölnische Zeitung» un periódico burgués?
Rakovsky:
Es un periódico burgués.
Goloshchekin: ¡Oh, eso es lo que es!
Risas.
Rakovsky:
Es un periódico burgués, pero lo inquietante es…
Ruido. Voces: ¡Ve con tu alarma a Chamberlain! Vamos, ya es suficiente.
Ruido.
Rakovsky:
Camaradas, dejadme hablar.
Voces: habla sobre el trabajo de fracciones, camarada Rakovsky.
Ruido.
Rakovsky:
Camaradas, os estoy señalando este hecho alarmante.
Ruido. Voces: «Nosotros también fuimos advertidos en 1917. Podemos prescindir de estas señales».
Rakovsky:
Este es un fenómeno nuevo en nuestra situación internacional. Nunca la Unión Soviética y el Partido Comunista han sido objeto de un ataque ideológico como el de hoy.
Bujarín: ¡Son atacados!
Ruidos. Risas.
Voces: Vamos, ya es suficiente.
Rakovsky:
¿Cómo considera el mundo capitalista nuestra controversia partidaria? Tengo varios documentos interesantes.
Ruidos.
Rakovsky:
Aquí hay una copia de una publicación del Instituto de Investigación de la Cámara de Comercio de Londres. Está dedicada a la Unión Soviética…
Ruidos.
Rakovsky:
no tiene firma del autor. El título es: “¿Totsky no coopera allí?”. pero como se puede ver en el propio documento, sin duda fue escrito por un espía británico…
Rudzutak. ¿O un agente de inteligencia de la oposición?
Rakovsky:
que dice que tuvo la oportunidad de observar extraoficialmente durante dos años lo que está sucediendo en la Unión Soviética.
Goloshchekin. ¿Quizás les diste información?
Rakovsky:
Debo llamar vuestra atención sobre el hecho de que esto fue publicado en diciembre del año pasado.
Ruidos.
Rakovsky:
¿Qué encontramos aquí?
Radchenko: Es un periódico burgués ambulante.
Dice: “De una investigación sobre Rusia se desprende que el destino del país se forma en la actualidad sobre dos factores diametralmente opuestos. Por un lado, el comunismo doctrinario sigue intentando aferrarse a los ideales y principios de la Revolución bolchevique de 1917…
Risas. Ruidos..
Goloshchekin: El explorador copió de la oposición.
Rakovsky:
mientras que, por otro lado, los tercos hechos de la vida obligan a todos, con excepción de los mayores fanáticos comunistas, a aceptar uno a uno los principios en los que se basa la civilización occidental”.
Ruidos. Gritos.
Camaradas, no tengo tiempo para detenerme en lo que dicen los periódicos burgueses. Pero citaré un periódico que el camarada Bujarin cita con frecuencia: el Arbeiter Zeitung, un periódico obrero publicado por Otto Bauer…
Voces: ¡Hay una conmovedora afinidad entre usted y Bauer!
Rakovsky:
Bastará con leer sólo el principio…
Ruidos. Gritos. Voces: Debemos detener esta música. Que admitan el error, ¡entonces les escucharemos!
Rakovsky:
En los números del 16 y 20 de noviembre…
Voces: Dí cómo fuiste a Kharkov. Dirás lo que dicen los trabajadores.
Rakovsky:
leemos. “La crítica de la oposición hasta ahora ha dificultado, sin duda, que Stalin siga con coherencia y sin mirar atrás a las ilusiones utópicas, por un camino más realista en el campo de la política económica y exterior”. Lo mismo dicen el 20…
Voces: Encontró algunos partidarios.
Rakovsky:
Junto a esto, la prensa estadounidense…
Bujarin: ¡Débil, débil!
Soltz: En general, buscas la confirmación de la corrección de tu línea política en la prensa burguesa.
Rakovsky:
Tengo el New York Times. En él se dice: «Conservar la oposición significa preservar la sustancia explosiva que subyace al mundo capitalista».
Risas. Ruido. Gritos. Protestas. Voces: Bajo el Partido Comunista y la dictadura del proletariado. Están cantando su propia marcha fúnebre… Trotsky ha enviado a Rakovsky a utilizar la tribuna del Congreso.
Rakovsky:
Una coincidencia inquietante. Aquí se dice que hay que luchar contra la oposición, y en el extranjero también oímos que es necesario luchar contra la oposición…
Ruido. Voces: Eso es lo que dicen sus amigos Ruth Fischer y Maslov. ¡En el extranjero te necesitan para degradar al Partido!
Rakovsky:
El segundo punto, camaradas. La mayoría, o en todo caso muchos de los periódicos reaccionarios dicen que lo que están haciendo a la oposición es bueno, pero no suficiente.
Mandelstam: Y se te dará dinero para formar un segundo partido.
Kosior: Parece que no lees nada más que los periódicos burgueses.
Rakovsky:
Tengo el Tan del 8 de noviembre, donde, en relación con las respuestas del camarada Stalin a las preguntas de una delegación obrera internacional dice: «A pesar de cierta apariencia engañosa, el régimen soviético no puede evolucionar sinceramente, y Rusia no puede esperar su salvación sino por la derrota total de la dictadura proletaria”…
Ruido.
Rakovsky:
“hasta el final”.
Voces: Y la oposición se lo cree.
Rakovsky:
Camaradas, he presentado ante ustedes una pequeña fracción de lo que se escribe cada día. He traído…
Voces: ¡Incluyendo a los espías!
Rakovsky:
tanto a los que dicen: «bueno y poco», como a los que dicen: «necesitamos otras pruebas».
Solz: ¡Has presentado la opinión de la burguesía! Voces: Rakovsky, acaba. Dí, ¿qué vas a hacer ahora?
Rakovsky:
¿Qué hay de alarmante en este fenómeno?
Voces: ¡Suficiente! ¡Suficiente!
Presidencia: Camarada Rakovsky, hablas muy bien y tienes muchas ganas de que te escuchen, pero por favor, habla con la máquina.
Rakovsky:
Este es el fenómeno más reciente de nuestra situación internacional, los intentos insolentes del imperialismo mundial…
Voces: Y nuestra oposición.
Rakovsky:
para interferir en nuestras disputas internas del partido…
Voces. Suficiente, suficiente.
Rakovsky:
para poner su peso del lado de la mayoría…
Voces: Van a ser dos años de charla.
Rakovsky:
Camaradas, una caracterización de la situación actual…
Voces: Ves al grano.
Rakovsky:
El rasgo característico de la situación actual es el deterioro de nuestra posición internacional…
Voces: no perturbes nuestro trabajo.
Rakovsky:
Al mismo tiempo, todo el intento del imperialismo mundial, apoyándose en una desviación del Partido hacia la derecha, todo el intento de la burguesía mundial es ahora aislarnos ideológicamente del proletariado mundial…
Ruido.
Rakovsky:
para aislarnos ideológicamente del proletariado mundial. Camaradas, todos en el Partido recordamos el consejo de Ilich…
Voces: No te acuerdas, lo has olvidado todo. ¡Mencheviques! ¡Sois agentes de la burguesía mundial!
Rakovsky:
en cuanto al hecho de tener que maniobrar en la política internacional…
Voces: ¡Malditos traidores!
Rakovsky:
Los Estados capitalistas nos reprochan a veces que juguemos con sus contradicciones.
Ruido.
Rakovsky:
Mientras tanto, utilizan este método entre ellos. Tenemos que hacerlo aún más. Somos un Estado proletario que vive en dificultades extremas e increíbles…
Voces: Quieres usar la tribuna.
Rakovsky:
Pero, camaradas…
Voces: ¡Suficiente!
Rakovsky:
Pero al maniobrar debemos partir de dos puntos principales.
Voces: ¡Basta, basta, basta! Ruido.
Rakovsky:
En primer lugar, hay que conocer los límites de esta maniobra…
Voces: ¿Qué vais a hacer en el futuro? ¿Por qué no nos lo dices?
Rakovsky:
El camarada Tomsky se quejó en Leningrado de que la oposición impedía al Politburó tomar decisiones íntegras y meditadas, y dijo que para poder maniobrar libremente era necesario deshacerse de la oposición.
Voces: ¡Eso es! Ruido.
Rakovsky:
Os pregunto, si se expulsa el ala izquierda del partido…
Ruidos. Golpes. Voces: salir del partido y se acabó. ¡Abajo los mencheviques de la tribuna! La tribuna no es para los mencheviques. ¡El ala izquierda no, los mencheviques! ¡Que vaya con los mencheviques, le dejarán hablar! El Congreso exige que sea retirado de aquí. ¡Abajo, abajo!
Ruido, llamada del presidente.
Rykov (presidente) ¿Quiénese están a favor de que siga hablando el camarada Rakovsky?
Voces: ¡Abajo! Debe ser expulsado del partido.
Rykov: Le doy la palabra al camarada Rudzutak.
Aplausos fuertes.
(1) XV съезд Всесоюзной Коммунистической партии-(б). Стенографический отчёт. Москва, 1928, pp. 186-193.